Ya he estado andando en skate por más de la mitad de mi vida, y hasta el día de hoy me divertido tanto como lo hice cuando empecé. Puedo recordar cuando conseguí mi primera tabla y como acababa enamorándome de ella. El skate se convirtió inmediatamente en lo más importante en mi vida, me definió, y fui consumido por el estilo de vida que este me daba. Por desgracia, cuando tenía 15 años de edad, me lesioné gravemente y la cosa que yo amaba tanto en mi vida fue arrebatada mí en un instante. Empecé a sentirme incompleto; Ya no podía ser parte de la cultura que me había definido, y sentí como si una pieza me hacía falta en mi vida.

En ese momento, me desesperé por algo para llenar ese vacío en mi vida; ni siquiera me importa lo que fuese, sólo necesitaba ser parte de algo más. La gente a mí alrededor me hizo pensar que eran las drogas, el alcohol y el sexo las cosas que me hacían falta, las cosas que me satisfarían, y yo estaba dispuesto a probar cualquier cosa que el mundo me ofrecía. Pero cuando trataba estas cosas, ¿Por qué siempre terminaba sintiéndome tan mal? Habría una emoción rápida en estos placeres momentáneos, pero ¿Por qué me dejaba más vacío cada vez? ¿Por qué el agujero en mi vida creciendo?

No fue sino hasta que empecé a seguir a Jesús que finalmente encontré la satisfacción y pertenencia que estaba buscando. Jesús describió perfectamente mi vida cuando dijo: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás”. Muy en el fondo yo estaba sediento de algo, y yo estaba tratando de saciar esa sed con lo que el mundo me daba. Pero la única cosa que al final me podría satisfacer era el perfecto amor de Jesús.

Todos hemos sido creados por un Dios Amoroso, y mucho antes de que naciéramos Él puso un deseo en nuestro corazón para conocerlo. Por alguna razón, tratamos de adormecer ese deseo y llenar el agujero en nuestras vidas con cosas temporales, pero tratar de averiguar a donde pertenecemos en este mundo puede ser una búsqueda sin fin que nos dejará vacíos. La única cosa que va a satisfacer nuestros deseosos corazones es la alegría y el gozo que viene de conocer a Jesús. Dios quiere que lo conozcas hoy; Él ha te observado como frenéticamente intentas encontrar satisfacción en los placeres momentáneos, y Él te promete un amor que nunca te dejará sediento nuevamente.

Tómate un tiempo hoy para encontrar a Dios. Ve a un lugar tranquilo y en realidad habla con él, dile con lo que estás luchando, dile si estás teniendo un tiempo difícil en creer que él es real, y pídele a Dios que se muestre a sí mismo a ti. Dale gracias por darte vida y amarte. Dile a Dios que está cansado de tratar de encontrar pertenencia en este mundo, y pídele que llene tu vida con su presencia. Consigue una Biblia (si no puedes encontrar una Biblia, descarga la aplicación de la Biblia) y leer el capítulo 1 en el libro de Juan. Dios es un Padre amoroso que quiere que le conozcas, y está esperando a que lo dejes entrar en tu vida.