Aprender a amar ha sido lo más difícil que he hecho en mi vida. Durante mucho tiempo tuve una visión superficial de lo que era el amor, pero hace poco empecé a comprender plenamente lo que significa verdaderamente amar a alguien. Me casé hace un par de años y desde entonces he aprendido que el verdadero amor no es sólo un arrebato emocional de afecto, sino un estilo de vida genuino de sacrificio. Salir con mi esposa era impresionante; Yo pensaba que ella era tan hermosa y nos divertimos mucho juntos, lo que me llevó a creer que estábamos “en el amor”. Pero el verdadero amor es más profundo que ser feliz con alguien. Por ejemplo, yo realmente he empezado a pensar en ella, antes de pensar en mí, poniendo sus necesidades antes de que las mías, e incluso hago cosas que realmente no me gusta hacer simplemente porque sé que a ella le gustan. Así es como sé que realmente la amo, porque el verdadero amor se basa en el sacrificio.
La mayor muestra de amor que el mundo haya visto fue Jesús. No solo se limitó a “decir” que Él nos amaba, sino que demostró su gran amor a costa de sacrificar su vida en la cruz por nosotros. Su amor fue confirmado con su muerte por nosotros, porque Jesús demostró que el amor verdadero implica vivir desinteresadamente en vez de una manera egoísta. Podemos ver a Jesús hablando en el libro de Mateo acerca de lo que significa amor de verdad, él dice: ” y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.” Jesús está explicando a través de este versículo que el verdadero amor necesita algo más que decir unas pocas palabras; se requiere de una acción.
Piense en lo triste que es ver esas relaciones en las que una persona está completamente dedicada e invierte todo su mundo, pero la otra persona lo trata terriblemente y, obviamente, no se preocupa por ella. Jesús se niega a estar en una de esas relaciones abusivas. Amar a Dios significa que nosotros lo hacemos a él primero en nuestras vidas y hacemos estas cosas para Dios no porque tenemos que hacerlo, sino porque eso es lo que a él le agrada. Verdaderamente amar a Dios significa que nuestras vidas giran en torno a Él en lugar de nosotros. Jesús nos amó tanto que Él eligió morir por nosotros, y ahora se requiere que vivamos enteramente por él.
¿Realmente amas a Dios? ¿Le estás sirviendo con tu vida? ¿Lo pones delante de ti? Si no es así, ora y pide a Dios que te ayude a profundizar su amor por Él. Dale gracias por todo lo que Él ha hecho por ti, y pídele que te ayude a poner a Jesús primero en tu vida. Pide a Dios que se revele a sí mismo a través de Su Palabra, y lee los capítulos 18 y 19 de Juan.